Cómo evitar el contagio del pánico

Estos días, estamos inmersos en una epidemia aún mayor que la del propio Covid-19 y es la del miedo, puesto que, al contrario de lo que sucede con el coronavirus, no hay mecanismos tan efectivos para su control, se propaga mucho más rápido y llega a muchas más personas. Los datos acerca de la compra desorbitada de mascarillas por parte de la población general, alejada de los focos principales de contagio, nos indica que el miedo ha llegado antes que la propia enfermedad.

Estamos en la era de las redes sociales y la información va casi casi a tiempo real pero, por desgracia, los bulos y las malas informaciones, también. No es la primera vez que sucede esto, pasó no hace mucho también con la gripe A, por ejemplo, pero es el caso que más lejos ha llegado. El miedo sí se ha convertido en pandemia.

Para ser inmune a este pánico que se ha generado, sería aconsejable que siguiéramos unas recomendaciones:

  • No estar pendiente constantemente de las informaciones que surgen al respecto, no pretendo que se ignoren las noticias sobre el virus, pero sí limitar el número de veces que las consultamos. Estar todo el día manejando pensamientos sobre el tema hace que la alarma que provoca se mantenga constante y que el temor que se siente, se mantenga en el tiempo. Si al día, nos limitamos a una o dos veces, tendremos suficientes datos para manejar la situación.
  • Así mismo, tener un pensamiento racional y crítico con las informaciones que nos llegan ya que, como decía antes, bulos y desinformación, campan a sus anchas por internet y también hay poco escrúpulo a la hora de dar ciertos datos referidos a la gravedad, número de afectados, las posibles curas… y esas sí hemos de ponerlas siempre en cuarentena. La OMS es el órgano de referencia y las comunicaciones de Sanidad que son los que manejan los datos oficiales.
  • Por último, no sucumbir a la alarma que pueda generarse, lo que no quiere decir que nos descuidemos, pero tampoco que agotemos las existencias en los supermercados o las farmacias, antes de plantearnos nada más. Los organismos sanitarios oficiales, indican el modo adecuado de proceder, teniendo en cuenta los riesgos reales y los pasos que debemos dar en todo momento.

Como podemos ver, está en nuestra mano manejar de modo correcto esta situación, no dejando que el miedo a algo desconocido que puede afectar a nuestra salud (sin tener en cuenta todos los datos que se conocen) nos pase por encima y hagamos cosas que no son efectivas y terminemos por hacer justo lo contrario tanto si nos contagiamos como si no. Por ejemplo, si mostramos síntomas y hemos estado en contacto con personas que han padecido la enfermedad y salimos corriendo al centro de salud, sin previo aviso, podemos poner en riesgo grave a personas vulnerables por lo que, para una persona sin patología previa y sistema inmune sano, puede significar simplemente unos días de convalecencia.

Contra el miedo usa la información y al pensamiento racional, contra los virus, las indicaciones de nuestro sistema de salud. Si necesitas ayuda con lo primero, no dudes en pedírmela.