Estoy especializada en tratar a pacientes adultos principalmente casos de ansiedad, adicciones y trastornos del estado de ánimo, y también realizo terapias de pareja en mi consulta. Mi vocación está enfocada a ayudar a las personas a superar situaciones difíciles y avanzar emocionalmente.
Crear un espacio en el que la persona se sienta a gusto y pueda expresarse libremente.
Crear una alianza terapéutica psicóloga-paciente mediante una escucha, sin prejuicios, tanto del estilo de vida del paciente, como de la problemática por la que acude a consulta.
Ofrecer con esa información un marco en el que se pueda explicar el porqué de las situaciones que provocan malestar (cómo se originan, qué las está manteniendo).
Establecer una serie de objetivos, consensuados entre psicóloga y paciente.
Aportar herramientas para poder lograr dichos objetivos y, por tanto, disminuir el malestar y lograr una mejora en la calidad de vida.
En el momento que una persona siente un malestar personal, que le afecta en el funcionamiento diario y, pese a intentarlo, no logra solucionarlo por sus propios medios, el contar con la ayuda de un psicólogo puede ser beneficioso.
No es necesario que las situaciones sean dramáticas, de hecho, muchas de las personas que he visto en consulta, se ven superadas por un cúmulo de situaciones cotidianas que, con el tiempo, han generado un problema.
La duración de la terapia es variable en función tanto de la persona que acude a pedir ayuda, como del problema que sufre. Cada caso es diferente al resto, pero se trata de que sea la mínima duración posible, siempre que se hayan conseguido los objetivos pautados. La mejoría eso sí, se va percibiendo según se va trabajando.
¿CADA CUÁNTO TENGO QUE IR?
Por lo general y sobre todo al principio, suelo pautar una vez a la semana (sesiones de 50 minutos a una hora) porque hay muchas cosas que tratar y si se deja más tiempo entre sesiones, se acumularían los temas y la terapia sería menos eficaz. A medida que se va mejorando, se pueden ir espaciando las sesiones cada 15 días, 1 vez al mes...hasta llegar a las sesiones de seguimiento y el alta. Este cambio, se hará como decía en función de los avances conseguidos pero siempre consensuado entre paciente y psicóloga.